Cuando en una comunidad no hay sitio para jugar al ajedrez, ni para sentarse a leer un libro, ni siquiera para jugar al futbolín, entonces, en ese lugar tienen un problema. Y en esta comunidad han decidido solucionarlo. Quizá la solución la den las matemáticas, o la lengua, o… tal vez todo haya sido un error.

El espectáculo trata de poner en valor la propia actitud humana ante determinadas situaciones como la aceptación del diferente, el reconocimiento de nuestra posición de privilegio en la sociedad, los prejuicios a la hora de aceptar al que llega de fuera, el egoísmo de esta sociedad capitalista.

Fotografías por: Tomás Alonso

Ir al contenido